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La magia de Manguia, con ese halo fantasmal, envuelto en la nebulosa de un paraje desteñido y solitario, resulta tan evidente que no hubo más remedio que hacer un cortometraje sobre este paraje, siguiendo los pasos, y los latidos de la memoria de Eulogio Concepción. Sin separarse de su quehacer, enhebrando hojas domesticadas de pírgano este artesano de Haría cuenta sus vivencias, sus primeros trabajos, los miedos y la realidad de una isla pobre y sedienta. Quizás sea uno de los pocos canarios que pudo ver algo tan maravilloso como la mareta de Teguise con agua. Además de trabajar en el cortijo de Manguia, rodeado de esa riqueza especial, de las plantaciones de papas, de millo, de lentejas, y en el borde de los caminos, la gente que transitaba descalza o con soletas, alpargatas rudimentarias hechas con restos de la goma de las ruedas de camión. Y al lado, el burro cabizbajo cargado de cestas repletas.

Además de los recuerdos de Eulogio Concepción, en el cortometraje de 15 minutos se cuenta con la participación del cronista de Teguise, Francisco Delgado y del arqueólogo Jesús Cáceres. Este documental, realizado por la periodista Concha de Ganzo, ha sido posible gracias al apoyo de Memoria Digital de Lanzarote, el Cabildo de Lanzarote y los ayuntamientos de Haría y de Teguise. 

El cortometraje se presentó en el Festival Internacional de Cine de Lanzarote y se emitirá el próximo día 13 de septiembre dentro de los actos de la Feria de Artesanía de la isla.